martes, 8 de marzo de 2011

La educación de la primera infancia

Los primeros años de vida del niño, desde el nacimiento hasta los 6/7 años, ponen los cimientos para un crecimiento saludable y armonioso del niño.
Se trata de un período marcado por un rápido crecimiento y por cambios que se ven influenciados por su entorno. Estas influencias pueden ser + o -, determinando en gran medida cómo será el futuro adulto, las futuras generaciones y la sociedad. El cuidado y educación de los niños pequeños mediante una acción integrada adecuada proporciona un medio para remediar el problema evidente de la desigualdad de oportunidades. Se coincide en que todos los niños nacen iguales y deben tener igualdad de acceso al conocimiento y la cultura, y crecer como ciudadanos iguales de su país y del mundo en general. A pesar de ser una verdad universalmente reconocida, por desgracia, existen muchos niños que aún no pueden ejercer este derecho.
Todo niño nace en una familia cuya situación social, económica y cultural ejerce una gran influencia en su desarrollo y que condiciona en gran parte su crecimiento físico, intelectual y afectivo. Es inevitable, por consiguiente, que las diferencias en el ambiente familiar tengan repercusiones fundamentales en la educación, que la educación de la primera infancia debe compensar
La Educación de la primera infancia complementa la educación que el niño recibe en el hogar, sin pretender sustituir a la misma, proporcionando la asistencia y educación adecuadas para la promoción del desarrollo total del niño. Ha de ser punto de formación no sólo del niño, sino también de la familia.
La igualdad de oportunidades para las mujeres de incorporarse al proceso de producción social, tiene que compaginarse con la de las necesidades y derechos de los niños. Cada vez hay más y más mujeres que trabajan fuera de casa, lo que plantea un problema para la asistencia y educación del niño pequeño. La Educación d la primera infancia proporciona 1a valiosa experiencia y preparación para la transición a la escolarización a nivl primario.
No hay segunda oportunidad para la infancia. Por tanto con todos los conocimientos basados en las investigaciones sobre la importancia de esos primeros años de la vida, es fundamental hacer todo lo que sea posible por el bien de cada niño, su salud y nutrición, su crecimiento, aprendizaje y desarrollo, su felicidad.
Los padres en la actualidad deben saber que los jardines de niños son centros ideales en los que sus hijos adquieren destrezas y conocimientos básicos para su formación, además de que facilitan la convivencia con otros pequeñines de la misma edad, pero también están concientes que ellos juegan un papel activo en la labor de aprendizaje, actuando como otros maestros.


Los padres son determinantes para que el niño aprenda el manejo del lenguaje, desarrolle capacidades comunicativas, se relacione con sus semejantes, cuente con adecuada autoestima y aprenda valores como amistad, responsabilidad y solidaridad; esto puede parecer agobiante, pero lo cierto es que mamá y papá cuentan en la práctica con la enorme ventaja de que los pequeños de entre 3 y 5 años se valen de dos factores para relacionarse con su entorno: imaginación y juego.


Uno de los grandes retos de la educación preescolar es optimizar el proceso de formación y desarrollo
de los niños y niñas de 0 a 6 años, procurando que los educadores sean efectivos mediadores entre el mundo y los niños y niñas.

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